El pasado 16 de octubre se celebró la III Jornada de Psicología y Artes Audiovisuales y Escénicas, en el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. La organización del acto corrió a cargo del Grupo de Trabajo del COP, Psicoartaes, dirigiéndose a profesionales y estudiantes de ambos campos.
Tras el éxito de las dos jornadas anteriores, organizadas también por el Grupo de Psicología y Artes Audiovisuales y Escénicas del COP, regresaron con esta tercera edición para ofrecernos las novedades de un campo interdisciplinar en continuo desarrollo.
El programa estaba formado por profesionales de reconocido prestigio en ambos campos, que nos ofrecieron una visión más detallada de las artes como herramienta de uso del psicólogo en sus diferentes ámbitos de actuación y viceversa, la creciente incursión de nuestra profesión en el mundo de las artes, por ejemplo, para asesorar en la creación de personajes y tramas coherentes.
El acto fue inaugurado por la Vicedecana del COP, María Antonia Álvarez-Monteserín, junto a la Coordinadora de la Jornada y del Grupo de Trabajo organizador, Ana María Fernández Rodríguez. Durante su intervención, la Vicedecana agradeció a los organizadores la labor que están realizando en un campo aún por explorar y, la coordinadora del grupo puso de manifiesto la relación de bidireccionalidad entre ambas disciplinas, afirmando que “el mundo imita las artes y las artes imitan al mundo”.
Ana Fernández dio paso a la conferencia inaugural, que corrió a cargo del autor del libro “Psicología y cine: vidas cruzadas”, Andrés García García. Profesor titular de Psicología en la Universidad de Sevilla, hizo un breve recorrido por las aportaciones del cine a nuestra disciplina y viceversa. El psicólogo, que definió el cine como el arte por excelencia del s. XX, apuntó que asistir a un espectáculo artístico es un acto activo –no pasivo- y destacó el papel del mismo como creador de arquetipos sociales a la vez que, como medio de representación de la realidad social.
Destacó el Psicoanálisis como la disciplina más relacionada con el cine pero aclaró que la Psicología Básica es el área donde se encuentra el mayor número de estudios de este campo – entre otros, los llevados a cabo por Capdevila y Barrantes N. sobre la emoción, la memoria y el cine-, considerando el “cine como generador de emociones”.
Respecto a los aspectos del cine más analizados por la Psicología destacó: su papel en sí, su contenido y sus efectos. Detalló las diferencias de género a la hora de elegir una película, agudizadas con la edad (las mujeres disfrutan más las películas tristes y los hombres se decantan por las de aventuras). También habló de la correlación entre la visualización de películas con escenas violentas y, el grado de agresividad y el comportamiento antisocial manifestado por el espectador. En este caso, incidió en la habituación como efecto derivado de la exposición continuada a la violencia e insistió en la necesidad de controlar los tiempos de exposición a estos programas de los niños y en las pautas educativas para evitar conductas de imitación y de insensibilización a la misma.
Por último, incidió en la representación del psicólogo en el cine, analizando unos fragmentos de la película Mumford y estructurando los resultados según las fases históricas de representación de la Psicología en el cine – por ejemplo, su percepción crítica en “Alguien voló sobre el nido del cuco”-; el tipo de cineterapeuta representado -como el Dr. “romance” en “El príncipe de las mareas”-; el tipo de relación terapéutica, etc. También aportó un dato muy interesante: los trastornos más conocidos (TCA, drogodependencia, trastornos mentales) son presentados con menos rigurosidad que otros trastornos como la psicosis.
Finalmente, se hizo alusión a la Cineterapia como forma de debatir temas de interés terapéutico que no sustituye una terapia pero que sí ayuda a representar un trastorno y, nos adelantó sus líneas actuales de trabajo, centradas en la relación de nuestra disciplina con el cine de terror, el cine deportivo y el cine español.
La segunda intervención, dedicada a la Psicología dirigida a los actores, fue presentada por Sergio García, miembro del Grupo de Trabajo. Sus ponentes, la psicóloga y profesora de interpretación, Cristina Viartola Braña y el formador de actores profesionales y Director de televisión y cine, Carles Vila, nos ofrecieron una ponencia muy interesante y práctica sobre su método de trabajo.
Su método, asentado sobre los pilares la Psicología y los principios del Counselling humanista, trabaja desde lo personal para alcanzar un crecimiento profesional. De hecho, a lo largo de la ponencia insistieron en la idea de que “la identidad del autor va unida a su identidad como persona”, lo que significa que la confianza en sí mismo es la clave para conectar con su “yo” creativo y así poder actuar desde la verdad.
Carles Vila expuso dos de las grandes dificultades de los actores: conectar con las emociones y enfrentarse a los bloqueos. Los factores que subyacen a estos últimos son la baja autoestima, la elevada autocrítica y la escasa confianza en uno mismo, a lo que se le suma la presión externa y la presión adicional de la constante formación actoral.
Por el contrario, también dio la clave de los actores que triunfan: su capacidad para integrar su experiencia individual, sin un auto exigencia y/o una autocrítica excesiva, con una buena técnica y unos conocimientos teóricos de la interpretación y del manejo de la voz y del cuerpo.
Respecto al método utilizado por estos profesionales, regido por una serie de reglas, desglosaron las áreas que trabajan con el actor: la relación consigo mismo, la relación con los personajes que interpreta, la exploración del personaje con el que debe trabajar y del entorno del mismo, el eje creativo del actor y su relación con sus compañeros y la profesión en sí. Abordados todos estos aspectos se pasa a la fase final de integración para dar sentido a la frase que dice que “el actor es un artista por sí mismo”.
Para ello, cada actor grabará una escena que después será analizada en conjunto, con el fin de que cada uno sea consciente de su experiencia y adquiera recursos y herramientas que puedan aplicar a su trabajo, diferenciando lo personal de lo profesional. Para ellos, “todo empieza y termina en la relación, en el contacto relacional y el vínculo”.
Cristina deja claro que “el self auténtico es el self creativo”, ya que la persona ha conseguido quitarse las capas sociales, culturales y experienciales.
Ana Fernández presentó la mesa redonda, dedicada a las diferencias de género y las responsabilidades de la mujer en las artes escénicas. En ella participaron tres ponentes: la primera Valle Hidalgo, psicóloga, autora, directora y actriz teatral que no pudo estar presente en la Jornada y que se presentó a través de una grabación en diferido. Valle destacó la importancia de los roles masculinos frente a los roles femeninos en las artes en general; Habló del techo de cristal que tiene por encima la mujer y del camino lleno de obstáculos que debe atravesar para conciliar su vida familiar, personal y la profesional y, destacó la invisibilidad de la mujer en las artes escénicas a su llegada a la edad madura. Todo esto, afirmó, no es más que un reflejo de la situación de la mujer en la sociedad actual.
Las siguientes intervenciones corrieron a cargo de Mercedes Gaspar, guionista, productora y directora de teatro y cine (ganadora de un Goya) y, de Hugo Arenas, director y productor teatral del Festival Internacional de Teatro de Género de San Cristobal, a la vez que director del “laboratorio teatral andino”.
Ambas ponencias reivindicaron el papel de las artes audiovisuales y escénicas como altavoz para denunciar la violencia que sufren las mujeres, en sus diferentes formas, hoy en día. Mercedes, que hace años dirigió la obra interpretada por Valle, “La perfecta maltratada”, planteó el retroceso del papel de la mujer en la televisión durante los últimos años. La directora de “Huídas” también puso sobre la mesa una cuestión crítica referida a por qué no vende la temática de denuncia social y sobre quién recae esta responsabilidad. ¿Depende de los programadores o de los propios creadores? Lo que dejan claro es que la transformación social se puede alcanzar mediante la creatividad.
Por otro lado, su compañero Hugo, que advirtió sobre las posibilidades de investigación del teatro sobre el cine de autor, expuso un caso concreto en el que las artes escénicas sirvieron de medio para denunciar la violencia de la mujer: el Festival Internacional de Teatro de Género celebrado en San Cristobal, Colombia. Un festival gratuito en el que se representaron diferentes obras frente a un jurado formado por mujeres del mundo de las artes.
La cuarta ponencia, presentada por Ángeles Garrido, se centró en el programa Zeus, una herramienta sustentada sobre la base de las artes escénicas que sirvió de motor para la recuperación y la cohesión de adolescentes en riesgo de exclusión social. Para ello, se invitó a Mía Patterson, actriz, cantante y Directora del programa Zeus y a Patricia Almohalla, psicóloga y profesora de dicho programa. Durante su exposición, nos explicaron en qué consistía el programa, sus resultados, nos mostraron material audiovisual y trajeron a una ex alumna para que compartiese con los asistentes su experiencia personal.
El proyecto, que actualmente se encuentra inactivo por falta de recursos económicos, entonces recibió la subvención del Plan PROA. La duración del programa era de 3 años y se llevaba a cabo en las horas extraescolares de los jóvenes, que asistían de forma voluntaria al mismo. Para implantarlo en un centro escolar había dos premisas que se debían cumplir: la primera, crear un vínculo con el colegio que no se tradujese en una imposición y la segunda, fomentar desde el principio el carácter profesional del proyecto.
El motivo por el que escogieron las artes escénicas como herramienta de trabajo fue porque permite a las personas reconocer su potencial emocional, a la vez que previenen de situaciones como el abuso, la violencia y la depresión, entre otros. Según Mía Patterson: “el teatro es observación de la vida que nos rodea”. Así, el programa estaba constituido por un calentamiento inicial seguido de juegos, clases e improvisaciones, a través del teatro, la danza, la percusión, entre otros.
En relación a los logros conseguidos, las ponentes nos pusieron los testimonios de jóvenes que completaron el ciclo, quienes afirmaron haber adquirido una disciplina, haber mejorado su capacidad de expresión, ser más extrovertidos, unirse más a sus compañeros, aprender a colaborar… Mía Patterson afirma que lograron encauzar la vida de varios alumnos, encontraron progresos significativos en personas con trastorno del espectro autista, detectaron casos de violencia de género y sobre todo, consiguieron que sus alumnos progresaran con una base de respeto e igualdad, afianzando la idea de que, “el teatro hace que todos seamos iguales”.
Por último, Llanos de Miguel presentó a los últimos ponentes de la Jornada, D.J.M. Ordovás, psicólogo, coach y formador y, Coral Antón, cantante y actriz especializada en el Teatro Musical, además de profesora de artes escénicas. Su ponencia destacó el papel del teatro musical como medio para desarrollar el liderazgo en equipo y organizaciones, trabajo que desarrollan a través de su empresa Liderazgo en Broadway.
Su exposición fue eminentemente práctica, invitando a los asistentes a formar parte de un espectáculo en el que tuvimos que interpretar diferentes papeles, basándonos en fragmentos de obras musicales muy reconocidas. De esta manera, trabajamos en la toma de conciencia de nuestro cuerpo y de nuestro estado, partiendo de la idea del “aquí y ahora”. También hubo una parte más teórica donde nos presentaron su test “DICS”, a través del cual analizan las diferentes personalidades de los personajes de obras de teatro musical (llevadas o no al cine): dominante, influyente, concienzudo y estable. También tuvimos la oportunidad de practicar con él.
Por lo tanto, su trabajo se basa en los tres pilares que definen el teatro musical: la interpretación, el ritmo y el movimiento, sin olvidar el papel de la música en la transformación emocional. Su filosofía es clara: “cuando el actor convence es porque trabaja la verdad a través de su cuerpo”.
Felicitamos a los organizadores de las Jornadas por el trabajo realizado y agradecemos la participación de los ponentes y del resto de asistentes en esta cita para conocer en profundidad las posibilidades de colaboración que ofrecen los medios artísticos y la Psicología. Nos vemos en la siguiente edición de las Jornadas.
Autora: Sara Antequera Sanz, psicóloga colegiada M-22420