Lecina Fernández. Psicóloga Clínica. Miembro de Psicoartaes. Marzo 2023.
Aporta valores como la confianza, la gratitud, la aceptación, el respeto, la lealtad, la responsabilidad o la empatía
La amistad tiene relación con la salud. Desde la Psicología sabemos que la amistad conlleva elementos que aportan bienestar y otros que calman y reducen el malestar, convirtiéndose así en un comportamiento saludable para las personas.
Si analizamos la amistad desde la Psicología Cognitivo-Conductual observamos que es una cadena de comportamientos que aporta valores como la confianza, gratitud, aceptación, respeto, lealtad, responsabilidad, empatía, fidelidad, compromiso, solidaridad, etc., que favorecen la unión, el sentido de unidad y el bienestar.
Estas características provocan emociones como la tranquilidad, alegría, optimismo, calma,… y sentimientos de amor, afecto, complicidad o intimidad. Comportamientos que se expresan con acciones como la entrega, ayudarse, comprenderse, comunicarse y tantas otras más. Todos estos eslabones de la cadena hacen sentirse bien a la la persona que hace y a la que recibe y ayudan a aumentar y consolidar emociones y pensamientos positivos que mejoran la calidad de vida. Y por otra parte, ayudan a alejarse del ostracismo, de la soledad no deseada, a reducir el estrés y a sobrellevar situaciones difíciles que afectan negativamente a la salud física y mental de las personas. Se trataría de una línea compuesta así: Amistad/Valores/Emociones/Sentimientos/Acciones/Satisfacción/Amistad.
Además, estos comportamientos influyen en la relación interpersonal. Cada amistad tiene su propio estilo en función de los elementos que la integran y del grado de intensidad de cada uno de ellos. Ese estilo crea unas expectativas recíprocas, es decir, que lo que se espera de la amistad es lo que se recibe, y a su vez esa reciprocidad alimenta los comportamientos de la amistad. Estilo y expectativas recíprocas positivas crean encuentros y/o momentos satisfactorios (opuestos a los no saludables), que al ser gratificantes, aumentan la probabilidad de que las personas amigas den los pasos necesarios para provocar nuevas acciones que refuerzan su amistad. De esta manera la amistad crece y las personas crecen con ella.
La amistad, por la suma de los elementos y consecuencias que la componen, ayuda a crecer, a madurar, a mejorar la calidad de vida y sentirse mejor, por lo que se convierte en un factor que claramente favorece la salud.