Ser y Transcender
son más que tablas de salvación para sobrevivir y vivir.
Lecina Fernández. Psicóloga Clínica
Desde la primera escena, The Brutalist, muestra la complejidad de la vida y de las personas: Imágenes oscuras, opresivas, claustrofóbicas del compartimento de un barco y de pronto la luz, el espacio ilimitado, el cielo y la estatua de la libertad; sonidos y gritos que transmiten la tensión que se vive en esa oscuridad y al mismo tiempo el arte de la música; la voz en off de una mujer que escribe una carta al protagonista describiéndole como un ser luminoso, pero nos anticipa el tormento que vivirá su alma cuando le dice “No dejes que tus pensamientos te arrebaten lo mejor de ti”. Y la escena culmina con una vista panorámica de la arquitectura de Nueva York. Eso es lo que nos vamos a encontrar en The Brutalist: Dolor y Belleza, y cómo esta dualidad va curtiendo el alma.
¿Qué cuenta?
The Brutalist cuenta la historia de un arquitecto judío, László Toth, nacido en Hungría, reconocido en Europa, que sobrevive al holocausto. La segunda guerra mundial le ha despojado de todo: de su trabajo, profesión, matrimonio, familia. Llega a Estados Unidos con las manos vacías, sólo se lleva a sí mismo y la esperanza de reconstruir todo lo perdido. La película parte de esa pérdida y del enigma de la llegada. Poco a poco nos va a desvelar qué se va a encontrar en distintas áreas: en el funcionamiento del país, en la comunidad religiosa, en la familia, en el ámbito laboral y en su propia persona. Por ejemplo, un familiar le acoge y le da trabajo y un cliente se encapricha de su obra y de su “conversación sugestiva e intelectualmente estimulante” y le . Y lo que al principio parece corazones abiertos y oportunidades hacia un nuevo horizonte, se va convirtiendo en puertas cerradas con rechazo profesional y personal.
LászloToth ha dejado atrás una guerra mundial y ahora se encuentra con una “guerra” interpersonal: no hay armas bélicas, son armas comportamentales. Se topa con personas con la necesidad de mostrar su poder, con conductas que quieren mostrar la superioridad, conductas agresivas y de abuso, oscuras y de miseria humana, que humillan y machacan la dignidad del ser, para hundirlo y anularlo. Conductas que sufre de sus allegados, y que le llevan a descifrar el enigma de la llegada que desvela a su mujer: “No nos quieren. No somos nada. Somos peor que nada”. Y ella, recién llegada a ese mundo que luego describirá como podrido, contesta: “Pobre marido. Qué te han arrebatado”. Él, artista luminoso, que había creado edificios que perduraban a pesar de la guerra y que mantenía el espíritu de “diseñar una arquitectura que soportara una erosión con la fuerza del Danubio”, ahora es oscuridad.
The Brutalist, por la historia que cuenta, la psicología de los personajes, las interpretaciones, la banda sonora, la fotografía, la belleza de las imágenes, … son más que suficientes para considerarla una gran película. Pero, además tiene un valor añadido: Es universal. Y desde el análisis de la Psicología también es una herramienta para reflexionar en la vida cotidiana de cada uno de los espectadores que ven la película.
¿Por qué The Brutalist, además de la historia que cuenta, es universal?
Se ha dicho que es una película épica, una catedral cinematográfica, un cine monumental. Pero desde esa grandeza no solo toca el alma, también toca la individualidad de cada espectador, porque podemos traerla al presente a nuestra vida cotidiana si consideramos que inmigrar no solo es llegar a un nuevo continente o país. Podemos entender llegar a una nueva ciudad, a un nuevo trabajo, a una nueva comunidad o a una nueva familia. Y al llegar podemos encontrarnos con un lugar abierto y penetrable o lleno de prejuicios y pasiones oscuras, intencionadamente encubiertas, que lo convierten en incomprensible e impenetrable. ¿Cuántos de nosotros en esa “inmigración” a un nuevo trabajo o nueva familia nos hemos encontrado con personas que no nos quieren, que nos rechazan, que sienten envidia o celos, o abuso de poder autoatribuyéndoselo únicamente por haber llegado ellos antes? ¿Quién no se ha encontrado con una persona con conducta similar al personaje de cliente rico o a la del hijo insolente e inmaduro o a la de la hija que parece que no hace daño pero calla y otorga en favor de su egoísmo o alimento de una personalidad tóxica, o a la del familiar que le da la mano y luego le empuja?
La Psicología ha estudiado estas conductas y los efectos que producen en las personas que las sufren: angustia, pérdida de estilo, de identidad, baja autoestima, indefensión aprendida, somatizaciones, adicciones, etc., causando diagnósticos de ansiedad, depresión u otras patologías psíquicas y físicas. Y en la película vemos cómo afectan a László Toth.
¿Por qué The Brutalist es útil como herramienta psicológica?
Por el análisis psicológico de las conductas durante el proceso y del desenlace.
La Psicología ha estudiado cómo afrontar esas situaciones. ¿Sabrá el protagonista? ¿László Toth se hundirá en ese mundo podrido y miserias humanas? o ¿Se salvará?
Podemos recapitular y recordemos que en la primera parte de la película László Toth es luz hacia fuera, es proyección, es horizonte. La segunda parte de la película es hacia dentro, es hundido, es desesperanza, es oscuro. Pero László Toth se salva ¿Qué le salva? Irse y Volver a ser él mismo, el que era antes de la inmigración. Le salva el amor. Darwin pensaba que el amor había sido uno de los motores de la evolución humana, porque crea grupos muy cohesionados. Y aquí lo vemos. Y también le salva la proyección de sí mismo a nivel personal y profesional, vuelve a involucrarse en su proyecto de vida, a proyectar con ilusión. Vuelve a SER, y su ser y hacer le permite vivir y TRANSCENDER.
Desde aquí animo a ver The Brutalist y felicito a Brady Corbet, a Adrien Brody y a todo el equipo por los premios Oscar, Globos de Oro, Bafta, etc., recibidos.
The Brutalist. 2024. Dirección: Brady Corbet. Guion: Brady Corbet, Mona Fastvoid. Reparto: Adrien Brody, Felicity Jones, Guy Pearce, Joe Alwyn, Raffey Cassidy,etc. País: Estados Unidos. Fotografía: Lol Crawley. Música: Daniel Blumberg. Duración: 215min. Género: Drama. Arquitectura. Inmigración. Años 40-60